Concepto del " buen salvaje"
La Ilustración formuló una idea de la naturaleza humana que fue enriquecida por Rousseau con la mirada abierta a todas las diferencias entre los humanos. Desde ahí postulaba una relación de algún modo estética con los demás, por la vía del sentimiento y la piedad. Este giro queda simbolizado en la figura del "buen salvaje".
Por increíble que pueda parecernos, en un primer momento llegó a dudarse de que los nativos americanos fueran también seres humanos (“gente” en el lenguaje de la época). No fue hasta 1537 cuando el Papa Pablo III decretó, en una bula, que los amerindios eran también descendientes de Adán y Eva.
Pero fue a partir de la Ilustración, con el establecimiento del método científico, cuando se intentó buscar una justificación biológica a este prejuicio racial tan antiguo y a estructurarlo en su forma actual. La concepción cartesiana del mundo natural llevó a considerar que la variación humana podría ser clasificada mediante la razón de modo totalmente objetivo.
Curiosamente, la percepción ilustrada de la diversidad humana estuvo impregnada, en un primer momento, de aires de igualitarismo. La idea de Jean Jacques Rousseau expresada en su Discours sur lórigine et les fondements de l´inegalité parmi les hommes, de 1755, de que la humanidad era fundamentalmente buena, acercaba al salvaje al estado primigenio e incorrupto de la bondad humana.
Según Rousseau, el hombre era feliz en estado salvaje porque no había sufrido todavía las terribles desigualdades que existían en la sociedad civilizada. El igualitarismo ilustrado influyó en la redacción de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de 1766, donde puede leerse: “Tomamos como evidencia en sí mismas, las siguientes verdades: que todos los hombres han sido creados iguales, que su Creador les ha otorgado derechos inalienables, entre los que se encuentran la vida, la libertad y la búsquedad de la felicidad”, y en la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadadno, redactada durante la Revolución Francesa de 1789, que dice en su primer artículo: “Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos”.
Pero fue a partir de la Ilustración, con el establecimiento del método científico, cuando se intentó buscar una justificación biológica a este prejuicio racial tan antiguo y a estructurarlo en su forma actual. La concepción cartesiana del mundo natural llevó a considerar que la variación humana podría ser clasificada mediante la razón de modo totalmente objetivo.
Curiosamente, la percepción ilustrada de la diversidad humana estuvo impregnada, en un primer momento, de aires de igualitarismo. La idea de Jean Jacques Rousseau expresada en su Discours sur lórigine et les fondements de l´inegalité parmi les hommes, de 1755, de que la humanidad era fundamentalmente buena, acercaba al salvaje al estado primigenio e incorrupto de la bondad humana.
Según Rousseau, el hombre era feliz en estado salvaje porque no había sufrido todavía las terribles desigualdades que existían en la sociedad civilizada. El igualitarismo ilustrado influyó en la redacción de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de 1766, donde puede leerse: “Tomamos como evidencia en sí mismas, las siguientes verdades: que todos los hombres han sido creados iguales, que su Creador les ha otorgado derechos inalienables, entre los que se encuentran la vida, la libertad y la búsquedad de la felicidad”, y en la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadadno, redactada durante la Revolución Francesa de 1789, que dice en su primer artículo: “Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos”.
Pero la constatación de que el mito del “buen salvaje” influyera en muchas crónicas de viajes del siglo XVIII, no significa que el salvaje fuera considerado como un igual; los ilustrados creían que el salvaje era como un niño, inocente pero irresponsable, y al asumir que el progreso era intrínsecamente bueno, pensaban que el contacto con la civilización habría de resultar forzosamente beneficioso para él. Sin embargo no fue así, y la civilización de los europeos puso a numerososo grupos humanos al borde la extinción en un periodo de tiempo sorprendentemente breve.
La primera vez que se vio la frase sería en el libro de Daniel Defoe "Robinson Crusoe"
Robinson Crusoe queda provisto de aquellos objetos que le permiten remontar el estado de soledad y le permitirán igualmente, en el futuro, reinstaurar el orden civilizatorio, tras su encuentro con Vendredi. Una similitud: desvelar los fundamentos morales y sociales de la sociedad.
La primera vez que se vio la frase sería en el libro de Daniel Defoe "Robinson Crusoe"
"Sin embargo, entre Robinson y el buen salvaje hay grandes diferencias, sobre todo en lo que se refiere a la utilidad de objetos, incluido dinero, procedentes de la civilización".
Robinson Crusoe queda provisto de aquellos objetos que le permiten remontar el estado de soledad y le permitirán igualmente, en el futuro, reinstaurar el orden civilizatorio, tras su encuentro con Vendredi. Una similitud: desvelar los fundamentos morales y sociales de la sociedad.
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